¿Cómo puedo saber si mi niño tiene una alergia alimentaria?
Una alergia a determinado alimento ocurre cuando el cuerpo reacciona contra proteínas no dañinas que se hallan en ese alimento. La reacción suele ocurrir al poco rato de que se ingiere el alimento. Estas reacciones pueden variar de leves a severas.
Como existen muchos síntomas y enfermedades que pueden confundirse con alergias alimentarias, es importante que los padres conozcan las diferencias.
Los síntomas de una alergia alimentaria
Cuando el sistema inmune del organismo reacciona exageradamente a ciertos alimentos, se presentan los siguientes síntomas:
- Problemas en la piel
- Urticaria (manchas rojizas en la piel que asemejan picaduras de mosquito)
- Lesiones rojizas que provocan picazón (eczema, también llamado dermatitis atópica)
- Hinchazón
- Problemas de respiración
- Estornudos
- Sibilancias
- Estrechez de garganta
- Síntomas estomacales
- Náusea
- Vómitos
- Diarrea
- Síntomas circulatorios
- Palidez de piel
- Sensación de mareo
- Pérdida de conocimiento
Si varias partes del cuerpo están afectadas, la reacción puede ser severa o hasta poner en peligro la vida del niño. Este tipo de reacción alérgica se conoce como anafilaxis y requiere de atención médica inmediata.
No es una alergia alimentaria
Los alimentos pueden ser responsable de muchas enfermedades que a veces se confunden con una alergia a alimentos. Las siguientes no son alergias a alimentos:
- Intoxicación por alimentos: Puede causar diarrea o vómitos, pero usualmente se debe a bacterias de la comida en mal estado o que no está debidamente cocida.
- Efectos de drogas: Ciertos ingredientes como la cafeína de las bebidas gaseosas o caramelos, puede provocar temblores o intranquilidad en su hijo.
- Irritación de la piel: Ésta se debe por lo común a ácidos que se encuentran en comidas tales como el jugo de naranja o productos del tomate.
- Diarrea: Ésta puede ocurrir en niños pequeños que consumen demasiada azúcar, como la que viene en los jugos de frutas.
Algunas enfermedades relacionadas con los alimentos se conocen como intolerancias o sensibilidad a los alimentos, más que a una alergia en sí, debido a que el sistema inmunitario no es el causante del problema. La intolerancia a la lactosa es un ejemplo de una intolerancia a alimentos que usualmente se confunde con una alergia a alimentos. La intolerancia a la lactosa ocurre cuando una persona tiene dificultad para digerir el azúcar de la leche, llamada lactosa, lo que le provoca dolores estomacales, hinchazón abdominal y evacuaciones sueltas.
A veces las reacciones a los químicos añadidos a los alimentos como colorantes o preservativos se confunden con alergias a alimentos. Sin embargo, mientras que algunas personas pueden ser muy sensibles a ciertos aditivos en los alimentos, es raro que sean alérgicas a los mismos.
Los alimentos que pueden provocar alergias
Cualquier alimento puede provocar una alergia, pero los siguientes alimentos son los que tienden a provocar más alergias:
- Leche de vaca
- Huevos
- Maní
- Soya
- Trigo
- Almendras de los árboles (como nueces, pistacho, pecanas y anacardos)
- Pescado (como el atún, salmón, bacalao)
- Mariscos (tales como camarones, langosta)
Los manís, las nueces y los mariscos son la causa más común de reacciones severas. También se pueden presentar alergias debido a otras comidas como carnes, frutas, vegetales, granos y semillas como el ajonjolí.
Afortunadamente, este tipo de alergias por lo general se superan durante la niñez temprana. Se estima que entre un 80 % y un 90 % de las alergias al huevo, leche, trigo y soya desaparecen para cuando el niño tiene cinco años de edad. Algunas alergias son más persistentes. Por ejemplo, uno de cada cinco niños pequeños superará una alergia a los cacahuates, mientras que muy pocos lo harán a las nueces y a los mariscos. Su pediatra o alergista realizará pruebas de seguimiento de las alergias del niño para saber si las está superando.
Fuente: healthychildren.org